Meniscos

Los meniscos son estructuras de cartílago especializado, que tienen función de amortiguamiento de las cargas entre el fémur y la tibia. Además hacen que estas superficies tengan mayor congruencia y mayor contacto en todo el rango de movilidad de la rodilla.

Son dos meniscos en cada rodilla y tienen forma semilunar. Su base se encuentra inserta en la cápsula articular y tienen un borde libre hacia la articulación, que permite el acomodamiento de estos en los movimientos de flexión, extensión y rotaciones de rodilla.

La lesión del menisco es la más conocida por su frecuencia, siendo el menisco interno el más frecuentemente dañado.

Existen diversos tipos de lesión, pero se pueden dividir básicamente en desgarros o roturas traumáticas y desgarros degenerativos

Las lesiones traumáticas ocurren por mecanismos de compresión y rotación de la rodilla con el pie fijo, que generalmente es un mecanismo indirecto de lesión, producido con una fuerza desmedida.

Las lesiones degenerativas ocurren por sobre uso, sobre carga o micro traumas repetidos.  Son frecuentes en los procesos artríticos como gota, osteoartritis, artritis reumatoide por la fragilidad que dejan estas enfermedades en su estructura.

El tratamiento de las lesiones de menisco es muy diverso, pero la finalidad consiste en conservar la mayor cantidad de tejido sano, regularizándolo, suturándolo  o fijándolo con arpones o implantes diseñados para ello.

En ocasiones no es posible reparar al menisco y hay que regularizarlo, quitando la parte dañada pero siempre tratando de conservar la mayor parte del tejido meniscal, ya que sin este, la articulación inicia un proceso degenerativo por sobre carga.

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