Los cirujanos plásticos, como regla general, no operamos pacientes fumadores, que rehúsan dejar de fumar cuatro semanas previas a la cirugía, especialmente, si el procedimiento quirúrgico requiere grandes despegamientos de tejidos. El tabaquismo perjudica la cicatrización, produce resultados adversos e incrementa el índice de complicaciones en la cirugía plástica electiva y en la cirugía cosmética, estos efectos adversos se intensifican cuando el tabaquismo se asocia a la obesidad y la diabetes. Fumar un solo cigarrillo, puede disminuir el flujo de sangre hacia el pulgar en un 24%.

El prescribir un reemplazo de la nicotina, aún no está determinado, que tenga beneficios farmacológicos sobre la nicotina del cigarrillo, por lo que no se debe utilizar como substituto del cigarrillo antes de una cirugía electiva.

En una encuesta, realizada en Inglaterra, por el Dr. Rayatt, encontró que  los cirujanos plásticos ingleses, indicaban a sus pacientes fumadores, dejar de fumar en la preparación previa a la ritidectomía (estiramiento facial), abdominoplastía y reducción mamaria, un porcentaje importante no hacía esta indicación en las cirugías de aumento mamario, liposucción y blefaroplastía (cirugía de párpados). Otro estudio encontró que, los fumadores que fuman cigarrillos con menos nicotina, no consumen menos nicotina. Los cigarrillos electrónicos contienen nicotina.

Otro estudio en Estados Unidos, encontró que los cirujanos plásticos, planean procedimientos con resultados menos que óptimos, en los pacientes fumadores. Esto agrega al tabaquismo, un riesgo más para la obtención de un resultado estético excelente.

Para que el cirujano plástico, tenga plena confianza en el procedimiento que va a realizar, independientemente de cual procedimiento se trate, y el paciente tenga el beneficio, de un procedimiento con menos riesgos, el paciente debe dejar de fumar cuatro semanas antes de la cirugía y otro lapso similar en el postoperatorio.