MEDICINA INTERNA, NEFROLOGIA, DIALISIS TRASPLANTE.
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Una piedra o un cálculo renal es una pieza sólida de material que se forma en el riñón debido a sustancias presentes en la orina. Puede ser tan pequeña como un grano de arena o tan grande como una perla. La mayoría de las piedras renales se eliminan del cuerpo sin ayuda médica. Pero algunas veces una piedra no es fácil de eliminar. Puede atorarse en las vías urinarias, bloquear el flujo de orina y causar un gran dolor.
Los siguientes signos pueden indicar la existencia de cálculos renales que necesitan atención médica:
Los doctores diagnostican las piedras en los riñones a través de análisis de orina, de sangre y de diagnósticos por imagen.
Si una piedra no pasa por sí sola, es posible que se necesite tratamiento. Este puede ser a través de ondas de choque (un endoscopio insertado a través del tubo que lleva la orina fuera del cuerpo, llamada uretra) o con cirugía.
NIH: Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales
Si tiene diabetes, el nivel de azúcar en su sangre es muy elevado. Con el tiempo, eso puede causar daños en los riñones. Los riñones son filtros que limpian la sangre. Si están dañados, los desechos y los líquidos se acumulan en la sangre en lugar de salir del organismo.
El daño renal ocasionado por la diabetes se denomina nefropatía diabética. Comienza a ocurrir mucho antes de que aparezcan los síntomas. Las personas con diabetes deben someterse a pruebas periódicas para detectarla. Las pruebas incluyen un examen de orina y un análisis de sangre para ver qué tan bien los riñones están funcionando.
Si el daño continúa, los riñones pueden fallar. De hecho, la diabetes es la causa más común de insuficiencia renal en los Estados Unidos. Las personas con insuficiencia renal requieren diálisis o un trasplante renal.
Es posible retrasar el progreso del daño renal o impedir que empeore. Controlar la glucemia y la presión arterial, tomar los medicamentos y no comer demasiadas proteínas puede ayudar.
NIH: Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales
Usted tiene dos riñones, órganos del tamaño de un puño ubicados a cada lado de la columna vertebral un poco más arriba de su cintura. Sus riñones filtran y limpian su sangre, eliminando los productos de desecho y produciendo la orina. Las pruebas renales se usan para ver qué tan bien están funcionando sus riñones. Estas incluyen pruebas de sangre, orina y de imagen.
Por lo general, la enfermedad renal en etapa temprana no muestra signos o síntomas. Las pruebas son la única forma de saber cómo están funcionando sus riñones. Es importante que se haga un chequeo por enfermedad renal si tiene los principales factores de riesgo: diabetes, presión arterial alta, enfermedades del corazón o una historia familiar de insuficiencia renal.
Las pruebas renales específicas incluyen:
NIH: Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales
Un quiste es un saco lleno de líquido. Existen dos tipos de quistes renales. Usted puede tener quistes renales simples a medida que envejece, los que usualmente son benignos (no cancerosos). También hay algunas enfermedades que causan quistes renales. Un tipo es la poliquistosis renal, que es hereditaria. En ésta, varios quistes crecen en los riñones. Estos pueden agrandar los riñones y hacer que funcionen mal. Cerca de la mitad de las personas con poliquistosis renal termina con una insuficiencia renal. También causa quistes en otras partes del cuerpo, como en el hígado.
En general, no se presentan síntomas al principio. Luego, los síntomas incluyen:
Los médicos diagnostican la poliquistosis renal con pruebas de imágenes y su historia familiar. Los tratamientos pueden ayudar con los síntomas y las complicaciones. Estos incluyen medicamentos, cambios en el estilo de vida y, cuando las personas con riñones poliquísticos desarrollan insuficiencia renal, diálisis o un trasplante de riñón.
La enfermedad renal quística adquirida ocurre en personas que tienen enfermedad renal crónica, especialmente si están en diálisis. A diferencia de la poliquistosis renal, los riñones son de tamaño normal y no se forman quistes en otras partes del cuerpo. Esta enfermedad no tiene síntomas. En general, los quistes son inofensivos y no necesitan tratamiento. Si estos causan complicaciones, el tratamiento incluye medicinas, drenar los quistes o cirugía.
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La nefrología es la especialidad medica rama de la medicina interna que se ocupa del estudio de la estructura y la función renal, tanto en la salud como en la enfermedad, incluyendo la prevención y tratamiento de las enfermedades renales. La palabra nefrología deriva de la voz griega νεφρός (nephrós), que significa riñón, y del sufijo -logía (estudio, tratado).
La Nefrología puede ser definida como la especialidad clínica que se ocupa del estudio de la: anatomía, fisiología, patología, promoción de salud, prevención, clínica, terapéutica y rehabilitación de las enfermedades del aparato urinario en su totalidad, incluyendo las vías urinarias que repercuten sobre el parénquima renal. A diferencia de la urología no es una especialidad quirúrgica, aunque tienen estrecha interrelación. Nace de la clínica y por lo tanto es una de sus ramas la cual profundiza los conocimientos sobre las funciones y enfermedades del riñón. Es el producto del desarrollo científico y tecnológico en el campo de la medicina y fueron muchos los años que transcurrieron durante los cuales se fueron sentando las bases de la futura especialidad.
Como resultado lógico de estos avances surgió esta nueva especialidad médica con un desarrollo explosivo propiciado por importantes desarrollos tecnológicos e investigativos característicos del siglo XX.
El médico especialista en nefrología se llama nefrólogo. La nefrología no debe confundirse con la urología, que es la especialidad quirúrgica del aparato urinario y el aparato genital masculino.
La mayoría de las enfermedades que afectan el riñón no están limitadas al órgano en sí mismo, sino son desórdenes sistémicos. La nefrología se refiere al diagnóstico de la enfermedad renal y de su tratamiento, tanto con medicamentos como con terapia de reemplazo renal (lo que incluye el seguimiento de los pacientes con trasplante renal). Adicionalmente, a los nefrólogos como expertos en el cuidado de los trastorno de electrolitos y de la hipertensión. Dado que la mayoría de las condiciones renales son crónicas, los nefrólogos "crecen con sus pacientes".
Los pacientes son referidos a los especialistas de nefrología por diferentes razones, como por ejemplo las siguientes.
Los urólogos son especialistas quirúrgicos del tracto urinario. Ellos tratan las enfermedades renales que pudieran ser favorables a la cirugía:
Como con el resto de medicina, las pistas importantes en cuanto a la causa de cualquier síntoma se obtienen con la historia del paciente y el examen físico.
Las pruebas de laboratorio se dirigen casi siempre a la: urea, creatinina, electrolitos, biometria hematica y análisis de orina, que es con frecuencia la prueba dominante en sugerir un diagnóstico.
Pruebas especializadas pueden ser ordenadas para descubrir o para enlazar/relacionar ciertas enfermedades sistémicas a la falla del riñón, como serologías de hepatitis B o hepatitis C, o lupus, paraproteinemias como amiloidosis, mieloma múltiple, u otras enfermedades sistémicas que conduzcan a la falla del riñón. La recolección de una muestra de orina de 24 horas puede dar información valiosa sobre la capacidad de filtrado del riñón y la cantidad de pérdida de proteína en algunas formas de enfermedades del riñón. Sin embargo, en la escena de la enfermedad renal crónica, las muestras de orina de 24 horas han sido reemplazadas recientemente por el cociente del punto de orina de la proteína y la creatinina.
Otras pruebas realizadas a menudo por los nefrólogos son:
Muchas enfermedades del riñón son tratadas simplemente con medicación, como diuréticos, corticoides, inmunosupresores, antihipertensivo]s y otros. Frecuentemente, se requiere tratamiento con eritropoyetina y vitamina D para reemplazar estas dos hormonas, cuya producción disminuye en la enfermedad renal crónica.
Cuando los síntomas del fracaso renal llegan a ser demasiado severos, se requiere terapia renal sustitutiva. La técnica de elección es el trasplante renal. Éste es llevado a cabo por el urólogo, y en algunos casos por el cirujano general. No obstante, el nefrólogo se encarga de la selección del receptor del trasplante así como de su seguimiento y el tratamiento de sus complicaciones (especialmente el rechazo y las infecciones derivadas del tratamiento inmunosupresor).
En los casos en los que el trasplante no está indicado o no es posible, existen otras técnicas, llamadas genéricamente diálisis renal. Entre éstas, cabe destacar la hemodiálisis, la hemofiltración, la hemodiafiltración y la diálisis peritoneal.